El castillo es maravilloso, el como pensaron transformar los espacios en habitaciones sencillas, a la vez modernas y acogedoras esta genial.
La habitación estaba calentura cuando llegamos, dormimos muy bien, los muebles son sencillos pero bonitos y de buena calidad.
Me gustó mucho la cama de arriba, el tacto de las sábanas, el lavabo de madera a juego con la mesita debajo de la tele.
La iluminación es difusa, simulando justo la iluminación de un castillo.
Fueron combinando muy bien lo medieval con lo moderno y práctico.
El personal encantador y el desayuno una delicia 😊 zumo de naranja natural, buen café y unas tostadas gigantes hechas con pan casero.
Si volvemos a pasar por Manzanares, sin duda nos volveremos a quedar allí.
