La entrada en el hotel peor imposible. Habia reservado 3 habitaciones y nos adjudican una para tres adultos donde solo habían dos camas y se tenía que poner una supletoria que no cabía en la habitación, tuvieron que sacar la mesa, la mesilla y aun así apenas entraba la cama. Después subí a mi habitación, abrí la puerta y la sorpresa fue minúscula para mi y para los que dentro habían, pues me había equivocado de número de habitación y aun así pude abrir una puerta que no era la mía, una situación de lo mas surrealista, me disculpe de la mejor manera ante los sorprendidos moradores de la habitación y me fui a presentar mi queja a recepción, los cuales quedaron igual de sorprendidos. Un hotel con mucha escalera, el acceso al ascensor muy complicado, habia que entrar por el bar, pedir en recepción que te abrieran el mismo para acceder, vamos una odiesa para las personas mayores que con nosotros viajaban y una de ellas en silla de ruedas. No repetiremos.