Es un lugar muy tranquilo para ir en familia. Aunque no tiene restaurantes cerca está Bejar y candelario. El hostal es típico de pueblo con toda la decoración campestre, el desayuno que ofrece esta muy bien y Pepe ha sido muy amable y nos ha resuelto todo lo que le hemos pedido. Lo recomiendo sobre todo para disfrutar del paisaje y de la tranquilidad y La Paz que ofrece la naturaleza. Volveré
Un alojamiento rural súper auténtico. El propietario muy amable, atento y pendiente de las necesidades de los clientes. La habitación súper limpia, nos cambió las toallas todos los días. Un entorno precioso. Muchas gracias