El alojamiento está bien ubicado dentro de la ribera sacra, cerca del balcón de Madrid. Es una pequeña casa en el campo donde te atiende el dueño, lo cual hace un trato muy personal. La comida o cena que prepara el dueño, suele estar compuesta de los productos que tiene en el huerto.
El baño es un poco pequeño y el desayuno un poco escaso.