Hotel muy acogedor, habitación no muy grande pero suficiente y cómoda. Todas las habitaciones dan al jardín, piscina exterior y montañas (al menos las de ese ala), porque a la parte de atrás solo da el pasillo, que tambien tiene ventanas.
Todo el hotel tiene calefacción, incluso en pasillos, y hay una más que acogedora chimenea en el hall, ideal para relajarse leyendo. Por la noche, para depende quien, podría decirse que hace incluso demasiado calor, incluso con el radiador de la habitación cerrado no hace falta ni manta, ni casi sabanas!
El hotel tiene además de la piscina exterior (que en invierno esta cerrada), otra piscina climatizada interior, sauna y un pequeño gimnasio (2 bicicletas de spinning, una eliptica y pesas), todo de acceso libre para todos los huéspedes.
El personal del hotel super simpatico, desde la recepción hasta el restaurante; el camarero del restaurante fué super atento con nosotros, y merece la pena cenar allí (no es tan caro! si coges platos sueltos, los menús de degustación si que son algo carillos...pero tenian buena pinta, aunque no los probamos).
Como peros:
- algunos detalles en los acabados de las habitaciones (sobretodo en el baño, como apliques mal puestos o arrancados). (no había escobilla en el baño!)
- la calefacción, demasiado alta, aparte del gasto que tiene que suponer, lo que contaminará. Aunque entiendo que en eso es complicado contentar a todos
- El parking del hotel no tiene aceso directo, te mojarás si llueve