Apenas llegas, te reciben con comida y como si llegaras a tu casa. Los dueños del hotel se encargan de atender a los huéspedes con mucha amabilidad y calidez, son divinos. Además te ayudan a contratar todas las excursiones que quieras, te explican como llegar a los puntos de la ciudad si lo necesitas. Las habitaciones son tranquilas y se duerme muy bien. Algunas habitaciones tienen baño compartido, pero es limpio y no hubo ningún inconveniente. Asimismo, tenes la posibilidad de elegir día a día el tipo de desayuno, según la necesidad y preferencia de cada persona.