La estadía fue impecable, salvo cuando pedimos un ventilador y no lo ofrecían. Hacia mucho calor y no se podían abrir las ventanas por el ruido de la calle.
Camas muy cómodas, habitación amplia y con armarios. Baño sencillo.
Ubicación excelente para ir a los alrededores.
El desayuno con productos ricos y caseros. Zumo natural, café bueno y bollos del día. También tenían tostadas y fruta recién cortada.
Como consejo si vais guardar una comida para la sidrería el cabañon(se va andando desde el hotel) porque el restaurante es buenísimo: la carne es espectacular y todas las raciones q pedimos estaban buenísimas.
Fuimos 2 veces a comer en 4 días.
En general bien, pero precio/calidad caro. Detalles que nos han fallado: desayuno no preparado para celiacos/diabeticos, lampara/foco que no funcionaba en la habitación, sin manta en la habitacion (para noches que ha llovido y bajado la temperatura)
La habitación pequeña pero muy bonita, el colchón blando para mi gusto, y echamos en falta aire acondicionado.
El desayuno es gratuito, lo que se agradece mucho, y los alimentos de muy buena calidad, pero poca variedad.
La piscina esta muy bien, pero se agradecería un servicio de toallas.
No hay cafetería. Hay una neverita con cuatro refrescos y una cafetera autoservicio, y dado que por la zona no hay supermercados y solo hay dos sitios de comer, nosotros la echamos en falta.
El WiFi funcionaba realmente mal y había que pedir cada día una clave y usuario nuevos, lo cual se hace pesado.
El personal muy amable y el entorno fantástico, se puede ir andando a las playas.