NO VAYAS, así de claro. El hotel da miedo, solitario en una calle oscura con un recepcionista que ni te mira ni habla, se dedica a estars entado en su silla comiendo y repartir llaves, por no pedir no nos pidió ni documentación. Aunque la habitación estaba limpia los pasillos del hotel eran tenebrosos con telas de araña por todas partes. Ya para rematar, tanto ventanas como balcones estaban enmallados no se si para evitar el suicidio o que entraran a las habitacipones los millones de mosquitos que te esperaban a las puertas del hotel (mosquitos del tamaño de un abejorro que notabas como tropezaban contra tu cuerpo).